La Generación de la Escasez

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Valentin Videla


El equipo de diseño de una empresa automotriz tenía el desafío de crear un auto de bajo costo. Fracasaron durante meses; sus estándares de calidad, sus paradigmas de diseño y los materiales utilizados no lograban el resultado que buscaban.

Decidieron entonces contratar a un diseñador indio que en tres meses logró presentar un diseño de un auto de bajo costo que enamoró a todos.

El presidente de la automotriz convocó al equipo y les pregunto como lo habían logrado. El director de diseño le respondió: “acostumbrado a sus autos de tres ruedas, cuando al diseñador indio le dijimos que el auto podía tener cuatro ¡no lo podía creer!”

Desde hace algo más de diez años (con algún veranito), en la Argentina hay “gusto a poco”. Las organizaciones y el estado han atravesado infinidad de procesos de reestructuración, ajustes recurrentes de sus presupuestos, cierres de plantas, optimizaciones, etc. Se trata de una ecuación muy simple, si el numerador no crece, el denominador debe bajar para que el resultado continúe siendo positivo.

En este ecosistema de escases es en el que se ha formado una generación de jóvenes profesionales que hoy ya están comenzando a liderar equipos, a tomar decisiones, a construir el futuro de muchas organizaciones.

Estos jóvenes han vivido en la pobreza corporativa, esta pobreza se construyó a partir de la necesidad de compensar las contracciones del negocio en detrimento de planes de desarrollo, inversiones en capacidad instalada, desarrollo de nuevos productos, nuevas oficinas, capacitación. Lo urgente, la demanda de entregar un resultado para sostener una gestión, fue el paradigma de su etapa de formación.

Estos líderes de hoy han “cableado” su estilo liderazgo en un entorno escaso, yo los llamo “Gerentes de denominador”. En su gran mayoría, no han transitado etapas de crecimiento bajo modelos mentales de abundancia que potencien la creatividad, ni con muchos espacios para cometer errores a bajo costo político, o  diseñar equipos y desarrollar capacidades que los impulsen a ir por más.

Asimismo, mucho de los líderes maduros, han sido cableados en la abundancia; son los “Gerentes de numerador”. Suspiran recordando las convenciones de las épocas doradas en destinos exóticos, las fiestas de fin de año a todo trapo, los presupuestos abultados para los lanzamientos y los entrenamientos con gurúes del management. Estos lideres aprendieron a como administrar la abundancia, saben como sacarle el jugo cuando “hay con qué”.

Estas generaciones (sin importan que letra sean x, y, z) están conviviendo en un mismo ecosistema. Los Gerentes de denominador focalizan en la eficiencia, no saben invertir porque aprendieron a ajustar. Los Gerentes de numerador, piensan en como crecer, creen que ajustando no se llega a ningún lado.

El desafío no es el de resolver la tensión entre el numerador y el denominador, sino que se trata de lograr la complementariedad de los dos factores de la ecuación, administrando el presente, pensando en el futuro.

Hoy debemos preparar a nuestros jóvenes líderes para saber crecer. No hay lideres buenos o malos. El arte del management es administrar los numeradores y denominadores para obtener el mejor resultado de la ecuación.

El ingeniero Indio tendría que hacer un gran esfuerzo si le pidiesen diseñar un auto de alta gama con presupuesto ilimitado. Administrar la abundancia no siempre es tan fácil como luce.

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